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sábado, 9 de abril de 2011

El grito


Muerde su labio inferior, imaginando lo innombrable. Sus ojos permanecen cerrados y los aprieta con tal fuerza, que pareciera que desea hacerlos estallar. La espalda recta, la sangre circula a la perfección...sin tráfico. Extiende sus brazos, para emprender el vuelo sin retorno.

“¡Estreméceme!”, es la petición de todo ese cuerpo suspendido en la habitación. Llaman a la puerta, olvidan el letrero: “Silencio. Obra en proceso”. El canto de las sirenas la seduce y conduce. Endorfinas inducidas por la droga del escapismo espiritual, la libertad le besa el cuello lentamente, la piel se le cae en pedazos para ver nacer el cosmos que comienza con sus labios.

Ella se hace el amor todas las noches, mientras los gatos se pasean y los deseos se aferran a las mentes perversas.

Ella se hace el amor todas las noches,mientras un anciano tiene un paro respiratorio y alguien exclama: "felicidades, es niña".

Ella se hace el amor todos los días, cuando tú caminas, lloras ó suspiras.

Ella existe para ella, como la Luna para la noche y el Sol para el día.

Ella viaja para poseer las almas de los eróticos que como ella...aman la vida.

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