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domingo, 25 de mayo de 2014

Peligro de extinción

Ya no es suficiente hablar.
Ya no es suficiente gritar.

Ya nada basta para llenar el vacío de éste mundo, de ésta gente que pide a gritos ser amada, ser comprendida, ser acurrucada como niños y que se les tapen los oídos para callar las voces de la violencia.
Ha llegado el día en que los humanos están en peligro de extinción.
Se fueron el “por favor” y “gracias”, ni rastros del “perdón”  y mucho menos del “te perdono”.

Se fueron las manos extendidas para levantar al otro de las caídas en la tierra, en el cemento, en los azulejos, en las angustias, en las penas, en el dolor ajeno, en el  dolor propio que muerde, quema, hiere, fragmenta, divide, divide, divide…

Ya no me encuentro en mis calles, en mi colonia, en mis amigos, en mi gente. Todos van al mismo maldito sitio y se quedan y no se dan cuenta de que las modas son pasajeras, de que lo de afuera se descarapela solo -como huevos bien cocidos-, de que hay gente que olemos el miedo y nos repugnan los perfumes baratos llamados ego.

¿Dónde está la humanidad? ¿Tanto tiempo me fui?

Regrésenme los días gloriosos.
La amabilidad de dejar un asiento al que lo necesita, las llamadas a la ambulancia cuando alguien en la calle se accidenta, la basura en el basurero, los parques virginales, las recetas que pasan de generación en generación. Regrésenme a los niños que aún ríen y se sonrojan cuando alguien dice en voz alta “senos” y a las niñas que juegan resorte todo el día. Necesito a los padres que reprenden a sus hijos malcriados y les enseñan con amor y valores lo hija de puta que puede ser la vida pero que no pasa nada, si ellos tienen las armas para enfrentarla.

Quiero las miradas honestas, los corazones a temperatura ambiente 
(o de preferencia bien calientes).
Quiero cerebros nutridos cosidos con lenguas coherentes.

 Soy mujer de palabra, soy mujer de fe.

Lucho por tragarme éste sabor amargo que me deja nuestra realidad día a día, 
lucho por no dejarme convertir en un antónimo de ser humano,
lucho por amor, por justicia, por nuestro derecho de una vida digna,
lucho a través de pequeñas acciones pero reconociendo siempre mis buenas intenciones.

Lucho, porque es bien sabido que los grandes cambios comienzan por uno mismo.



viernes, 2 de mayo de 2014

Trucos de magia

Hay una especie de intimidad escondida que solo los objetos pueden darte.
Cuando él interactúa con ellos estos cobran vida.

Deja rastros suyos
en mi cepillo de dientes, 
en mi vaso favorito,
en mi almohada que abraza 
-y a la cual envidio cuando eso pasa-
¡incluso en mis perros que se debaten vida a muerte por su cariño!

Me emociona saber que ha estado aquí;
que se guarda en sonidos cotidianos.
Porque de ésta manera -incluso en su ausencia-
estos sonidos se transforman y se vuelven extraordinarios. 

Los objetos
me cantan,
me chiquean,
me consuelan,
me besan...

Me recuerdan que solo una construcción sólida ha permitido el acceso de él a ellos.
Me confiesan, que no cualquiera llega tan lejos.

Caracol


Quédate.
Que tus ojos descansen en mi cama pegados a los míos a modo ciclopesco
Quédate.
Que tu boca se ensucie con mi saliva 
y necesite bañarse para removerla en una deliciosa repetición eterna.
Quédate.
Que tu pecho se abra y me coma la cabeza para que guardes mis sueños en tu corazón.
Quédate.
Que nuestra risa termine de decorar mi incompleta habitación.

Abre mi blusa,
no la perilla de la puerta.

Desciende por mi cuerpo,
no por las escaleras.

Amor de ida
amor de regreso
amor de mi vida
yo siempre te espero.