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miércoles, 23 de febrero de 2011

Escena #


Y entonces los vi…ahí tirados como si nada más importara que pasar la vida en estado vegetal, eran tus tenis viejos y me miraban con su rostro empolvado, me reclamaban, me gritaban, me susurraban, me amaban.

Y yo, en un intento por volver a escapar giré mi rostro hacia otro lado, dejando en esa acción un olor en el aire de mi perfume favorito: “nostalgia”.

Pero no importó, por qué sin pensarlo dos veces, tu colección de botellas de coca-cola me recordaban tus obsesiones, tus diversiones, tu carisma, tu sencillez, tu humildad… tú y tú y solamente tú.

Y enserio quería irme, (lo intenté) pero era más grande que yo, más grande que la habitación (e incluso más que el mismo universo) la fuerza con la que me pedias que me quedara un segundo más. Silencios de intimidad y la lluvia se convierte en diluvio.

Bajé esas escaleras deseando olvidarte una vez más, deseando que con cada paso tu recuerdo se arrancara con violencia de mi corazón.

Deseamos lo imposible, odiamos las posibilidades, imposibilitamos las oportunidades...somos imposibles oportunistas indeseables.

Me declaro culpable, de ser un jodido humano egoísta…

Me declaro culpable de ser inocente…

Me declaro en ruinas y una Magdalena:

¡Aquí estoy! ¡Lancen las piedras!

lunes, 14 de febrero de 2011

Gravedad


Tú me creaste expectativas que ahora son un detonante de realidad -quizás tu segundo nombre sea "problemas" y no maldad-. No necesito que me liberes...si no que dejes de estorbar
(¡Sí! les mentí para ocultarnos en un lugar secreto y asegurar volver a vernos) nos hice un favor y ¡no tuve que romper tu nariz!...sino tu corazón. Error, somos punto final.


Pero te conozco y siempre encontrarás la forma de rastrear mis huellas aún humedas,
siempre serás la objeción de un juicio y el impedimento en una boda...Y yo siempre seré el iceberg que no pudiste conquistar.
Sin altanerías, gracias por tu pasión.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Le petit mort


Hagamos aportaciones a la humanidad querido mío. Hagamos teorías sobre la textura de nuestra piel, midamos el grosor de los labios, calculemos la suavidad de nuestras manos, sometamos a análisis la agudeza de una silueta. Descubramos constelaciones y universos; llamémoslos –por ejemplo-: “cuello de seda”, “constelación muslo”, “curvas de afrodita”, no te presiones, tenemos el infinito para hacer apenas una lluvia de ideas. Nos mirarán con envidia, y se dirán con frustración: “¿Por qué no pude ser yo el creador?”. Con espíritus cautivadores de trotamundos, diseñaremos viajes que solo podamos leer entre miradas suspendidas en el espacio. Entonces, seguiré mirando hasta que decidas dejar de mirar. Si despiertas a mi lado, jamás volveré a dormir, por qué nos fundiremos en el infinito y resucitaremos en un orgasmo.

Déjame coquetearte sin incomodarte y con confidencialidad. “Déjame que me calle con el silencio tuyo” me dijo al oído Pablo Neruda. Te besé muchas lunas, te esperé años luz y una estrella fugaz me dejó tu sabor a pecado.

Y te regreso tus palabras: "Afuera, en la calle, ausente…pero tuya, tuya, tuya"