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lunes, 14 de febrero de 2011

Gravedad


Tú me creaste expectativas que ahora son un detonante de realidad -quizás tu segundo nombre sea "problemas" y no maldad-. No necesito que me liberes...si no que dejes de estorbar
(¡Sí! les mentí para ocultarnos en un lugar secreto y asegurar volver a vernos) nos hice un favor y ¡no tuve que romper tu nariz!...sino tu corazón. Error, somos punto final.


Pero te conozco y siempre encontrarás la forma de rastrear mis huellas aún humedas,
siempre serás la objeción de un juicio y el impedimento en una boda...Y yo siempre seré el iceberg que no pudiste conquistar.
Sin altanerías, gracias por tu pasión.

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