¡Salud!

Y ésta canción va dedicada a...nadie (¡pero en tono victorioso!).

Han pasado ya cerca de 4 meses y soy una persona totalmente diferente, más alta por así decirlo (llamemosle alto, a un crecimiento espiritual, odio decir "madurez" por que es subjetivo).

Hoy, dejaste de tener: rostro, voz, ojos, labios...vida. Hoy te maté y no puedo ser más feliz por ello. Ya no tengo ansiedad, ni insomnio (bueno un poco, pero es por que quiero) ya no dejo tu nombre con cada paso que doy, ya no más.

El doctor me dijo: "que estaba orgulloso con mi progreso" (¿Vez? ¡Te dije que podría!)

Ha sido difícil, no lo niego.

Llovió, salió el sol, se nubló, y volvió a llover; para llevarse consigo como corriente purificadora, las últimas gotas de nuestras memorias. Me despedí de ellas -con una ligereza envidiable-.

¡Pero lo mejor de todo! es que ahora ya hay un espacio enorme (¡gracias!) que estoy reservando celosamente para mi extraño. Me dedicaré a limpiar y decorar todos los días, por que cuando llegue quiero causar buena impresión, e invitarlo a pasar un largo rato a mi lado.

Todo está en la imágen: Como una cicatriz, hoy te miro y ya no dueles.

Hoy, la esperanza me invitó al baile.

Hoy, soy la perfecta contradicción de la paciencia.