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viernes, 2 de mayo de 2014

Trucos de magia

Hay una especie de intimidad escondida que solo los objetos pueden darte.
Cuando él interactúa con ellos estos cobran vida.

Deja rastros suyos
en mi cepillo de dientes, 
en mi vaso favorito,
en mi almohada que abraza 
-y a la cual envidio cuando eso pasa-
¡incluso en mis perros que se debaten vida a muerte por su cariño!

Me emociona saber que ha estado aquí;
que se guarda en sonidos cotidianos.
Porque de ésta manera -incluso en su ausencia-
estos sonidos se transforman y se vuelven extraordinarios. 

Los objetos
me cantan,
me chiquean,
me consuelan,
me besan...

Me recuerdan que solo una construcción sólida ha permitido el acceso de él a ellos.
Me confiesan, que no cualquiera llega tan lejos.

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