El insomnio es un arma de dos filos, me mira desnuda cual voyerista sin vida social. Soy un rehén -y no es que lo disfrute- pero hay algo en ése morbo compartido que me ata a él y a sus expectativas. Espera que toque mi sexo hasta acabar conmigo misma en un aullido salvaje, mientras simultáneamente pierde especímenes de reproducción humana.
Ya he comenzado a sudar.
Mi corazón quiere escapar, mis sentidos vacilan con la realidad, abro mis pupilas, mi mente, suelto una risa nerviosa, siento un vértigo que me arrastra; sumergida en mí misma pierdo la noción de los días, miro el calendario le doy la vuelta a Agosto y te encuentro, prometiéndome amor para todo el año. Mis neuronas estallan, los dedos de mis pies se contraen. Me bañan fluidos -en especial a mi rostro- suspiro profundamente con la esperanza de ahogarme con mis emociones. Termino.
Ya he comenzado a sudar.
Mi corazón quiere escapar, mis sentidos vacilan con la realidad, abro mis pupilas, mi mente, suelto una risa nerviosa, siento un vértigo que me arrastra; sumergida en mí misma pierdo la noción de los días, miro el calendario le doy la vuelta a Agosto y te encuentro, prometiéndome amor para todo el año. Mis neuronas estallan, los dedos de mis pies se contraen. Me bañan fluidos -en especial a mi rostro- suspiro profundamente con la esperanza de ahogarme con mis emociones. Termino.
El vigilante nocturno cambia su semblante a uno lastimoso, me mira un poco más y apaga la luz.
Lied
ResponderEliminarLa mañana está de fiesta
porque me has besado tú
y al contacto de tu boca
todo el cielo se hace azul.
El arroyo está cantando
porque me has mirado tú
y en el sol de tu mirada
toda el agua se hace azul.
El pinar está de luto
porque me has dejado tú...
y la noche está llorando,
noche pálida y azul,
noche azul de fin de otoño
y de adiós de juventud,
noche en que murió la luna,
(¡noche en que me has dejado tú!)
Torres Bodet
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