Preferiría estar enojada. El enojo te alimenta, te llena de poder, te enciende y una vez fuera de tu sistema es una gran terapia. El enojo es efímero (en la mayoría de los casos) y sabiéndolo manejar se convierte en felicidad...Pero la tristeza es diferente. Ella te toma, te retiene, te apaga, te hunde y si te das por vencido te mata. Necesito estar enojada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario