Morí por unos instantes.
Me suspendí en el universo usando sus labios como arnés de seguridad, mientras los rugidos de león se mezclaban con sutileza en el inconsciente -de lo que asumí en ese momento- era mi cuerpo *quizás usted intentó decir: nave*.
Hoy es memorable.
Todo se refuerza, la metamorfosis alcanza su clímax y se materializa,
Hoy mi fuego huérfano a encontrado asilo en sus brazos,
Hoy nos desnudamos las almas durante la noche y el día...
Y al aterrizar abrí los ojos y al mirarlo, lo encontré para siempre a mi lado.
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