Gritar en el desierto
“Y el mundo no se detuvo a preguntar”…
Un día te despiertas con un maletín en la mano y
un traje puesto, siendo que al día anterior aun hablabas con tu oso de
peluche. Las circunstancias te obligan a
crecer sin oportunidad de titubear en el acto. Vil humor negro,
ponerme a pensar como hace algunos años los científicos hablaban de
"inteligencia artificial".
Bueno... ¡Bienvenidos al siglo XXI! ¡El más artificial de todos! ¿No es
lo que buscaban? (Cuanto lo siento...en verdad).
Aun resuenan los ecos congelados
de los pensamientos de la sociedad y líderes revolucionarios aturdidos por
poder, en aquel México: “vestido y alborotado”, al que le prometieron un viaje
alrededor del mundo y le dieron: “un paseo por el parque”, un México
intenso que fue maltratado, manipulado…
100 años de confusión y respiraciones
cortadas.
“Toda revolución sin pensamiento crítico,
sin libertad para contradecir al
poderoso (...) es una revolución que se derrota a sí misma. Un fraude…”
-Octavio Paz-
Revolución, el sueño eterno
incompleto y frustrante. Hecho que nos ha marcado hasta la actualidad, cual
ganado. La raíz de un país hecho mierda. Cerdos peleando por un poder durante
siglos, un poder que los enferma como la mayor y mas vergonzosa epidemia, la de
la creencia de “inmortalidad”, seres
superiores que nos miran por arriba del hombro. Para hablar del presente, tengo que acudir al
pasado y llamar a los muertos.
Mi lectura de la realidad se vio
afectada justo a mis 16 años. Un 26 de noviembre del 2007, un hecho cambio mi
mundo para siempre. La libertad de un inocente, se corrompió. De nuevo el gobierno nos la volvió a hacer, el
juego del poder se impuso otra vez. Mi hermano falleció a los 18 años, en un
accidente automovilístico, ocasionado por personas quien conducía a exceso de
alcohol, de velocidad y estupidez. Uno
de ellos, hijo de un funcionario de gobierno, el vocero (en aquel entonces) de Ramírez
Acuña. Gobierno, dinero, dinero, prostitución, prostitución, injusticia,
injusticia, basura, basura y más basura. El mundo no se detiene a preguntar,
solo sucede y mientras tanto, los demás te dan la espalda y se llevan las manos
al rostro e improvisan que nada pasa.
Fue el artículo 37 del decreto
constitucional para la libertad de la América mexicana del general José María
Morelos y Pavón, en donde se estableció por primera ocasión en nuestro país, lo
siguiente: a ningún ciudadano debe coartarse la libertad de reclamar sus
derechos ante los funcionarios de la autoridad pública. Extrañamente, en la
Constitución de octubre de 1924, pasó desapercibida esta importantísima
garantía individual, pues ni el acta constitutiva ni en la propia Constitución,
se estableció precepto alguno en donde se señalase la facultad de ejercer el
derecho de petición a los ciudadanos de la República.
Mmientras
exista demagogia: “al pueblo pan y circo”, ese artículo no es necesario, ¡quitémoslo!
al fin y al cabo siempre hacemos lo que queremos, dijeron los gobernantes.
Sin indignación, no hay acción. Asumir la
realidad, es tener horror de ella, pero tenemos que aceptarla. Y no solo
aceptarla, sino que tener la inteligencia y el criterio para elaborar estrategias de cambio. Retomo: “México país tercermundista,
por que quiere”. Ciertamente en el transcurso de nuestra historia existen
personajes que han sido factores cambio pero son pocos y no se les da el
crédito que merecen, las historias
tienden a subestimarse, distorsionarse, pasa de chisme en chisme y nos da
flojera averiguar qué tan cierto puede ser eso, así que tristemente aceptamos
cualquier cosa que nos digan. Todo nace en una falta de actitud de cambio y
amor a sí mismos. Si dijéramos: “Yo demando”, “Yo merezco una mejor calidad de
vida”. Cerremos los ojos
y escuchemos más allá de la monotonía. No
nos preocupemos, actuemos.
Agridulce, es el sabor de mi perspectiva
del mundo. Permanezco en metamorfosis.
A fin de cuentas todo se reduce a simple
humanidad. Y de pronto, me encuentro
retomando la educación antepasada, personajes como: Aristóteles, Freud, la gama
de poetas malditos, etc. Todos ellos (y los no mencionados) en un mismo intento,
una estrategia, un clavar de sus uñas, a éste suelo sucio, corrupto y vulgar...
A este mundo que se le olvidó como amar, como dejarle un asiento a un anciano ò devolver billeteras extraviadas. A estos animales disfrazados de humanos, que olvidaron sonreír.
A este mundo que se le olvidó como amar, como dejarle un asiento a un anciano ò devolver billeteras extraviadas. A estos animales disfrazados de humanos, que olvidaron sonreír.
Humanidad, te odio y me repugnas.
Humanidad...Te
extraño ¿Dónde estás?
Soy quien grita en
el desierto y te pide que escuches su eco.
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