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Hacían hincapié en el "Amén" con tal fuerza... como si en ésa palabra existiera la clave para la paz eterna. Miraban en distintas direcciones: de frente desafiantes al dolor, a la derecha esquivándolo, abajo al vacio... Pero todos se unían en las viejas costumbres estereotipadas de la religión -diciéndolo de forma agresiva- ó se unían por que era el último regalo que podían ofrecerle. Sea como sea algo era verdad: era sincero. Es extraño que la calidez y potencial humano salgan en momentos de adversidad ¿Por qué?
Y luego, las risas como la medicina impulsiva del alma. Es tan contrastante casi insultante, pero totalmente necesario. Personas desconocidas ó con las que quizás me topé en la parada de un camión, en una fila del banco, en una fiesta...están ahí, uniéndonos por un lapso donde el tiempo se detiene -al menos para nosotros- y una invisible conexión se establece con una fecha.
Otra herida, otra cicatriz, otra batalla...después de todo aquí estoy.